¿Sientes adicción emocional o codependencia?

04.04.2023

La adicción emocional, y la codependencia, nos producen sufrimiento y nos abocan a tener relaciones disfuncionales o insanas. Este tipo de patrón, nos hace perdernos de nosotras mismas. Cuando tenemos toda la energía puesta en la otra persona, o en que la relación funcione a toda costa, nos estamos abandonando.

Es un círculo vicioso de demanda, angustia y autoabandono. Lo que estamos intentando demostrar, vehementemente, a la otra persona es nuestra valía, que la otra persona nos vea, que nos acepte, que nos haga caso, que nos ame…y en esa insistencia y persecución insaciable, nos estamos traicionando a nosotras mismas, por lo que entramos en estados de ansiedad, dolor y frustración.

Hay patrones que son insaciables. 

Si estás inmersa, o inmerso, en una relación de estas características, comienza dándote un bálsamo de auto amor, recordándote que tu adicción o tu dependencia no es quien tú eres en realidad. Detente. Vuelve a ti . Escógete. Haz cosas para mimarte a ti misma. Realiza acciones que tengan que ver con el autocuidado y con el contacto corporal como, por ejemplo, masajes, shiatsu, paseos por la naturaleza, meditación, terapia, lecturas enriquecedoras, manualidades, etc. etc. 

Si sientes adicción emocional, recuerda que tú no eres eso, tu identidad no está basada en esa conducta y síntoma, sino que eso que se manifiesta y que se está expresando pone de relieve que hay algo en ti que anhela ser atendido y sanado, porque la persona que eres en realidad está mucho más allá de tus actos y heridas. Tu esencia, quién eres verdaderamente, abarca la esfera del Ser y el ser es inmutable y perfecto. En la codependencia, son tus acciones, patrones y ajustes los que están al mando de la situación; todo ello está basado en un profundo anhelo de ser amada y valorada. Y el núcleo de todo ello proviene de heridas de la infancia.

Como niño/as, en ocasiones no fuimos completamente aceptados, o nuestras emociones no fueron validadas; o se nos pusieron etiquetas para definirnos como, por ejemplo: Eres despistada, malo, travieso, problemática, gamberro, lenta, mala estudiante, inútil, etc etc. O pudimos sentir abandono en algún momento. No tuvo que ser un abandono explícito, basta con haber sentido la ausencia de los cuidadores o padres en algún momento, para que el sistema nervioso percibiera miedo, abandono o amenaza. También hemos podido sentir rechazo si no fuimos hijos deseados, o haber vivido en un ambiente violento, de alcoholismo, separaciones traumáticas, etc.

Otras circunstancias que también producen el trauma de desarrollo, son situaciones en las que se nos haya mandado callar, silenciar las propias necesidades, dejar de llorar por imposición o haber sufrido agresiones físicas, abusos o castigos que, además, siendo niños, no entendíamos ni a qué se debían. Todo ello nos llevó a sentirnos inadecuados, erróneos, deseosos de tener el amor de las padres o progenitores e, inconscientemente, proyectar en la pareja aquello que no quedó solventado en la infancia.

En este momento de nuestras vidas, aquí y ahora, tenemos la oportunidad de re-cablear nuestras conexiones intersinápticas, nuestro sistema nervioso y nuestras creencias inconscientes; para volver amarnos a nosotras mismas, o nosotros mismos, y construir un camino mucho más sano de autoestima.

Porque la codependencia es la búsqueda insaciable de la validación y la aceptación a través del otro como espejo; y ese espejo externo nos devuelve la imagen para que nos observemos y miremos en nuestro interior.

Las relaciones de codependencia, nos drenan la energía, la salud y la autoestima. Nos hacen perseguir una quimera, demandando a la otra persona que nos sacie lo que, como un pozo sin agua está sediento de amor.

¿Qué creencias inconscientes subyacen y están activas?

  • No confío en mi amor propio y mi intuición así que lo dejo todo en manos de la otra persona. Esa persona tiene el poder sobre mí.
  • Si esa persona es fría, distante, o me trata mal, tengo que esforzarme más para que me quiera.
  • Si las otras personas me tratan mal, es por mi culpa o responsabilidad. Tengo que justificarme o hacer algo para arreglarlo.
  • Necesito controlar a la otra persona para que no me engañe o me abandone.
  • Tengo que adaptarme y cambiar para que la otra persona me ame.
  • Mis necesidades no son prioridad.
  • Yo no soy prioridad, es la otra persona.
  • No sé escuchar mis verdaderas necesidades.
  • Mis sentimientos y necesidades no son tan importantes como los de los demás.

Recuerda que los pasos para ir sanando son:

- Primero de todo, poner consciencia de lo que está sucediendo. Sin ver lo que sucede no hay posibilidad de cambio. Lo que está en el inconsciente debe ser traído a la luz del consciente y, desde ahí, comenzar a trabajar. 

- Ahondar en explorar y sanar las heridas de la infancia. Identificar qué sucedía en nuestro hogar o contexto de crecimiento e identificar el trauma de desarrollo que podamos cargar. Existen cinco heridas del alma: abandono, rechazo, humillación, traición e injusticia. El viaje es hacia nuestro interior.

- Fortalecer la autoestima y todas sus áreas: física o corporal, el concepto de merecimiento o autovalía, autoconcepto, creencias limitantes, identidad ego e identidad espiritual, etc. 

Chelo Navarro
Todos los derechos reservados 2022
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis!